Welcome spring!

Hoy llegó la primavera.

Nunca había notado tanto el cambio de estación. No sé si es que no había prestado atención o si son las ganas de buen tiempo que me hacen estar demasiado pendiente éste año.

La cosa es que llevo un par de días en manga corta y piratas, que sobra ropa de cama, que me levanto sin ir corriendo en busca de una bata o un calefactor, que ha dejado de llover, que el cielo no está gris, que el sol brilla radiante, que los pajaritos cantan, que las flores brotan (y mi alergia se acusa, todo no iba a ser bonito)...

Las calles huelen a incienso, Semana Santa, y para mí la llegada de la Semana Santa significa el cambio de ropa, el primer helado del año y la cuenta atrás para el ansiado verano.


Si yo pudiera elegir viviría constantemente de noche y en verano. Me apasionan las noches de verano. Bañarme bajo la luna llena, enorme en el cielo, sin ninguna luz artificial. Soy un ser acuatico y nocturno.

Y cambiando de tema...

Llevo dos semanas sin salir, hace dos semanas la verdad es que no me apetecía lo más mínimo y el tiempo no acompañaba nada, estaba lloviendo y hacía un frío horroroso. Tengo la sensación de que aquí pasamos de la estufa al ventilador en en cosa de un mes.

Y éste fin de semana no se ha podido.
El viernes estaba agotada, no podía con mi cuerpo. El jueves me puse la vacuna y encima estaba mala con la regla así que no dormí nada, tuve que madrugar y el día fue bastante intenso así que a las doce estaba acostada.
El sábado Xuu, Ka y compañía no salían porque el viernes salieron por Sevilla para celebrar el cumple de Kriss y éste finde que viene se van a un concierto a Madrid (de un tio que yo ni conozco si digo la verdad, pero bueno, a ellas les mola) y estaban cansaditas y sin pasta. Kike me dijo que no sabía si iba a salir, creo que tiene mucho que estudiar, a parte están las cosas algo raras.

Total, que todo ésto viene porque cuando no salgo me deprimo. Yo vivo esperando que llegue el fin de semana para salir de la rutina, para hacer algo diferente, para hablar, para cantar, para beber, para disfrutar y desconectar y si una semana no salgo, la mala ostia se me acumula y ya llevo dos semanas sin salir así que... creo que sobran las palabras y faltan fiestas.

Y es que volviendo al tiempo... en cuanto empieza a ser bueno, las ganas de salir son proporcionalmente directas al él. Y el buen humor también. Parece mentira pero es que con un cielo tan azul y un sol tan brillante, es imposible ponerse triste.

¡Feliz semana!