A veces hacemos cosas por instinto que hasta mucho después no comprendemos realmente el porque las estabamos haciendo o nos ponemos excusas a nosotros mismos para pensar que es por otro motivo y no el verdadero, que casi siempre, es miedo.
El mío era encontrarme con él, el simple hecho de verlo, cruzarmelo un instante... se me hacía un nudo en la garganta y el estomago sólo de imaginar que sucedería, aunque ya sabía lo que iba a pasar, lo lógico cuando se supone que tu amistad con alguien ha terminado...
Ni una mirada, ni un saludo, nada, la ignorancia mas dura y brutal. Eso fue lo que paso el fin de semana pasado cuando salí a mi fiesta de halloween.
Mi mejor amigo durante dos años, la persona en la que he confiado ciegamente, la que más he querido, corrijo porque yo aún lo sigo queriendo... me ve, sabe que voy a estar allí, va, y ni si quiera me mira, ni me dice hola. No puedo explicar el dolor que se siente cuando te pasa esto.

Yo no me quedaba sin salir porque no tenia ganas, porque hacía mucho frio o mucho calor, porque no tenía dinero, porque tenía que madrugar... eso no son mas que escusas que en cualquier otra cincunstancia no les habría dado importancia ninguna y habría hecho lo imposible por salir y pasarlo de lujo, el verdadero motivo que me hacía quedarme escondida en mi madriguera era el miedo a tener que enfrentarme a esa situación, a tener que verlo tras todo lo que paso y a ver con mis propios ojos como no se dignaba a mirarme ni a decirme nada después de todo lo que habíamos compartido, que no es poco.
Mis dias, meses... de "luto" y silencio han terminado, le he cambiado la dirección al blog, le he cambiado la apariencia de rosita pastel y azul cielo super happy a algo mas yo, o al menos a algo mas yo ahora y espero volver con fuerzas, tanto aquí como a mi vida, aunque vaticino que aquí será mucho mas fácil.
0 comentarios:
Publicar un comentario